sábado, 8 de septiembre de 2012

En el modo de ser, la posesión privada (la propiedad privada) tiene poca importancia efectiva, porque yo no necesito poseer algo para gozarlo, y ni siquiera para usarlo. En el modo de ser, muchas personas (de hecho millones) pueden compartir el gozo del mismo objeto, ya que nadie necesita (o desea) tenerlo como condición para gozarlo. Esto no sólo evita la lucha, sino que crea una de las formas más profundas de la felicidad humana: el gozo compartido. Nada une más (sin limitar la individualidad) que compartir la admiración o el amor a una persona; compartir una idea, una pieza de música, una pintura, un símbolo, un rito o aun las penas. La experiencia de compartir forma y mantiene viva la relación entre dos individuos viales; es la base de todos los grandes movimientos religiosos, políticos y filosóficos.

-Erich Fromm, Del tener al ser

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