Introvertido extrovertido

Septiembre. Cumpliendo un mes viviendo en la Cuidad de México. Faltando menos de un mes para mi cumpleaños. Estaba platicando con una muy buena amiga mía de Tijuana que llegó a quedarse aquí por unos meses (Por fin, ya no me siento tan solo!) y me di cuenta en lo mucho que he cambiado en tan sólo un mes. Cada vez me cuesta más tener pláticas por internet con mis amigos, y no es que no quiera saber de ellos o que ellos sepan de mi, sino simplemente estoy pasando por una especie de etapa en la que las cosas me las quedo yo. Y no es que quiera ser antisocial o en caso extremo me encuentre deprimido, siento que no estoy bajo ninguna de las dos circunstancias. Simplemente estoy viviendo (otra vez) un ciclo en espiral de introversión, de estar pasando más tiempo conmigo, de alzar mi voz interior y saber qué es lo que quiero y quién quiero llegar a ser.
Por otra parte, también siento que mi ritmo de vida ha cambiado bastante. Estoy viviendo en una cuidad sobrepoblada donde nadie te conoce, donde siempre eres un extraño, por más años que vivas ahí. Entonces, en cierta manera me estoy desatando, quitando inseguridades y cosas que me molestan para reinventarme cada que puedo y explorar mi identidad, conociendo nuevas personas, probando nuevos sabores, explorando nuevos lugares, teniendo nuevas experiencias. Investigando por mi mismo acerca de cosas que me interesan, teniendo la fuerza de voluntad suficiente como para iniciar algo y llegar a terminarlo. Perdiendo el miedo a "que pasará si fallo" y cambiándolo por la seguridad de "Intentalo y quédate con la experiencia".

Empezando de nuevo, de nuevo. No me puedo dar el lujo de gastar mi tiempo sabiendo que si lo hago, el tiempo me puede gastar a mi.