Señaló la ventana del barracón y me dijo: Aquel árbol es el único que me queda en esta soledad.
Era cierto, por la ventana se acertaba a ver una rama de un castaño con dos brotes de flor. A menudo le hablo a ese árbol, me dijo.
Yo me notaba atónito, aturdido, sin saber cómo encajar esas palabras. Deliraba? Sufría alucinaciones? con algo de ansiedad le pregunté si el árbol le contestaba:
Si!
Y que te dice? Respondió:
Me dice: "Estoy aquí, estoy aquí, yo soy la vida, la vida eterna".
-Viktor Frankl
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