Y que valga la pena.
Hay instantes en la vida en que creemos haber caído en un agujero oscuro y profundo del que no lograremos salir jamás, como si una bomba hubiera estallado sobre nosotros y hubiese destrozado nuestras vidas con un toque ligero y limpio. Todo lo que hemos vivido hasta ese momento se derrumba, se destruye, desaparece de la faz de la tierra, y entonces nos preguntamos qué va a ser de nosotros, cómo vamos a hacer para volver a sonreír.
Lo peor de todo es que salimos a la calle y vemos que la gente sigue riendo, los niños siguen jugando en el parque, las parejas siguen besándose como si no hubiera mañana. Nada ha cambiado, todo permanece igual, sólo tú eres distinto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario