Se conocieron en el gran teatro de eventos, ese que estaba en el centro de la cuidad. El pianista había terminado de tener su ultima función de noviembre, listo para que el Mago ocupara el teatro. El mago se acercó al pianista, y de su oreja sacó un papel muy pequeño, que decía "Si no hay camino, hay que hacerlo" El pianista lo vio, y le dijo:
-Te toca a ti. Yo ya hice mi jugada.
-No sé que hacer.
-No pasa nada. sobre todo si no haces nada.
-Hace frio. Deberías estar abrigado.
-Nunca me da frio.
-Entonces porqué estas temblando?
-Por nada. mis funciones ya terminaron, tu publico te espera.
-Vamos, animate. Se leer las cartas, pero no se leer música.
-Hasme un truco de magia.
-Si tiene truco, no es magia.
El mago toca el pecho del pianista. El encantó funcionó.
-Ahora intenta hacer magia
-Hmm, no se me ocurre nada, sugiéreme algo
-Puedes flotar, o no sé, teletranspórtarte.
El pianista cierra los ojos, y desaparece.
Entonces, en plena noche, el mago saca un papalote rojo de su coche, lo vuela, y empieza a caminar. El mago nunca hizo alguna función en ese pueblo. Desapareció, así como el resto de la historia.
Si no hay camino, hay que hacerlo.
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