Sabado 21 – domingo 22
Aterricé en el centro de la estación galáctica de este felino, contento de que, por fin, teníamos un viaje más a este extraño pero fascinante agujero negro.
Le conté que estaba muy feliz de verlo, y saber de que el felino estaba bien, ya que no hace mucho había dejado ir su estambre de hilo, y para el era una perdida importante, pero el tiempo pasa y la vida va para adelante si estamos o no juntos.
Después de una completa preparación despegamos de la estación, en la parte de atrás de la nave espacial que nos llevaba a este lindo crónico lugar. Pero antes teníamos que hacer otra parada…
Nos estacionamos en otra central de estación donde esperamos a un amigo, el capitán Hydro, a que nos acompañara, una vez más, a ese extraño destino.
Una vez juntos, los tres empezamos a contar cosas que habíamos echo cada uno en nuestros diferentes planetas, o contábamos las cosas que íbamos a soñar adentro del agujero.
Después de un largo y cansado viaje y después de habernos actualizando mutuamente, llegamos a nuestro destino. el camino no fue fácil, muy difícil y a veces había
Complicaciones de mas, pero todo eso vale la pena recorrer, por que cada vez que viajamos por ahí para nunca olvidar y siempre recordar.
Después de algunas fuertes turbulencias, llegamos al agujero negro. Al entrar, nos encontramos con seres que, en lo personal, nunca había pensado de su existencia, pero tal vez el astronauta y para el capitán, estas cosas ya no sorprendían.
Entrando en una zona de calma, aterrizamos en un agradable asteroide, en una modesta estación de nuestra nave, pero al llegar nos dimos cuenta que no había suficiente energía en la estación, y después de que nos instalamos dimos un paseo por la vía Láctea.
Era una vista impresionante, desde ahí se veían muchos planetas, entre ellos el mío, y vimos por ahí unas estrellas fugaces que se fundían en el infinito y eran consumidos por agujeros negros.
Fueron de esos momentos clave que nunca olvidas.
Por fin, le energía llego a la estación y nos pudimos instalar en un asteroide donde en la otra estación que había ahí, íbamos a pasar un buen rato.
Llegando, estuvimos explorando, el felino astronauta, el capitán Hydro y yo, algunos asteroides que se aproximaban al nuestro. Fue entonces cuando, en nuesta estación, nos quitamos los cascos de astronauta y nos dejamos embriagar por la gravedad.
Entonces, empezamos a viaja, y a dejar perder el control, y nos fuimos flotando debajo del resto del universo. Entonces, paso. Llego una tormenta de estrellas y todo empezó a cambiar. ¿Dijiste algo malo? ¿Hice lo incorrecto? Por que los tres perdidos en el espacio la mentira se queda atrás, y a veces la lengua se mueve de más. ¿Se derramo la gota en el vaso? Por que según yo, en el espacio no hay gota que no salga de el.
Entonces, chocamos con los anillos de Júpiter y el resto de la aventura se quedo perdido en la gravedad.
Tiempo después, el universo nos dio la calma, y sabíamos que era hora de soñar, de sentir el deseo de conocer la verdad, pero el felino astronauta se quedaba sin oxigeno, el capitán Hydro tenia que volver a la guerra planetaria y yo tenia que llegar una vez mas a convivir en el planeta de los simios, a vivir un cotidiano día mas entre ellos.
Tal vez nos vemos en 1000 años luz, tal vez en el próximo instante, pero hasta ahora, solo quedaba decir hasta pronto.
Cambio y fuera.
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